A muchas personas les gusta dejar un recuerdo en la piel de los viajes que realizan. Y ese era el sueño de esta mujer: hacerse un tatuaje de henna negra en el brazo que simbolice su estadía en Tailandia. Sin embargo, se le infectó y le arruinó el viaje.

Se hizo un tatuaje de henna, se le infectó y terminó llena de ampollas gigantes

Se fue de viaje con su esposo y decidió hacerse un gran tatuaje de henna negra. Sin embargo, no todo salió como esperaba y le arruinó las vacaciones.

A muchas personas les gusta dejar un recuerdo en la piel de los viajes que realizan. Y ese era el sueño de esta mujer: hacerse un tatuaje de henna negra en el brazo que simbolice su estadía en Tailandia. Sin embargo, se le infectó y le arruinó el viaje.

[INSÓLITO] Mirá cómo quedó su brazo después de hacerse un tatuaje temporal

Amanda tiene 30 años y es violinista. Con su esposo Nick planearon un gran viaje a Tailandia “antes de tener hijos”. La idea era disfrutar de las paradisíacas playas, hacer snorkel, escalar y tomar sol.

Los primeros días en Bangkok, Amanda decidió hacerse un tatuaje de henna gigante, desde el hombro hasta el codo. Se lo hizo un tatuador callejero que estaba cerca de su hotel, el trabajo tardó una hora y le cobró mil baht tailandeses, es decir, alrededor de 25 euros.

Ella estaba muy contenta con el resultado, hasta que a las pocas horas todo empeoró. La tinta empezó a largar un “líquido claro” que le hinchó el brazo y le causó un dolor muy fuerte. Días después, cuando decidió ir a la guardia, le explicaron que era una quemadura con múltiples ampollas.

En el hospital le estallaron las ampollas una por una y le frotaron todas las partes superiores con solución salina y antibiótica. “Tomó aproximadamente media hora hacerlo, el dolor era horrible y estaba llorando”, contó Amanda.

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Los médicos le aplicaron crema antiséptica, la vendaron y le pidieron que regrese para otras dos curaciones. Según explicaron, la quemadura se había causado por la parafenilendiamina (PPD), un químico que se encuentra en la henna negra. Es por eso que la British Skin Foundation “recomienda encarecidamente evitar a toda costa los tatuajes temporales de henna negra”.

Los días que le restaban de vacaciones, Amanda no pudo ir a la playa, hacer snorkel ni tomar sol. Solo pudo sentarse en la sombra a mirar el mar y, triste por la situación, algunos días se quedó en el hotel mirando Netflix. “Mirar todas esas aguas cristalinas y saber que no podía nadar y hacer las cosas que quería hacer fue desgarrador”, finalizó.

Fuente: La 100 radios