Cuando Gustavo Gómez cruzó las puertas de Casa Amarilla para realizar la primera parte de su revisión médica, parecía que la novela más larga de la historia de los mercados de pases había llegado a su fin. Error. Siempre hay lugar para un capítulo más (y nadie puede asegurar que sea el último).

¿Cuál fue el impedimento que surgió para que la debilidad de Guillermo no sea nuevo refuerzo? La no aceptación de una cláusula que "estipula" el valor del dólar, al igual que tienen todos los jugadores del plantel y del fútbol argentino, y que es la que les permite a los clubes organizar sus presupuestos sin depender de las variables del mercado. La cuestión es que el paraguayo no la aceptó, Boca no se mueve de lo ofrecido -en caso de aceptar, debería arreglar lo similar con el resto de sus jugadores- y el pase quedó en punto muerto.

¿Qué mantiene con vida a la posibilidad? Que el acuerdo entre Milan y Boca es total, que los italianos lo quieren vender y que la cifra del contrato también está acordada. Pero a los que toman decisiones en Boca la situación los cansó y no parecen estar dispuestos a aceptar más idas y vueltas...



Fuente: ole.com