El tango de luto por el fallecimiento de un emblema: A los 91 años, murió el cantor reconocido internacionalmente Osvaldo Peredo

El tango llora la muerte del cantor Osvaldo Peredo, figura admirada por los jóvenes y la bohemia tanguera, falleció a los 91 años, dejando un legado inmenso sobre el 2x4.

La información se conocio cuando el guitarrista Nazareno Altamirano, quien venía acompañando a cantante, quien se despidió en las redes sociales: “Hoy me desperté muy pila y me bajaron de un hondazo con esta noticia...Osvaldito querido! Se te va a extrañar mucho".

"Gracias por el gotán, en muchas de mis jóvenes noches fuiste quien le puso música....luego conocí tus anécdotas de primera mano y me brindaste tu afecto en varios escenarios. Pero siempre por delante el afecto de un gomía de barrio, con la calidez de lo simple. Gracias! Por algo sos inmensamente querido!”, escribió el musico.

Nacido en 1930 en Boedo, a Peredo llegó primero a ser reconocido como cantor de barrio, de cantina,  y posteriormente llegó a ser una leyenda y una institución de la música de Buenos Aires. A lo largo de la vida se desempeñó en varios oficios, pero su existencia se movió entre dos pasiones: el fútbol y el tango.

"Puedo escuchar otra música pero al rato vuelvo al tango. A Gardel, que es el mejor profe. Y con tipos como Gardel uno quiere ser alumno toda la vida. ¿No? Porque a mí me dicen maestro, pero es porque me ven grande y pelado. Y porque tengo cara de maestro. Pero en esto uno nunca puede decir: llegué", le dijo a La Nación hace unos años, a los 86, cuando aún se paraba en el escenario para hacr lo que más le gustaba.

Goyeneche, Morán, Rufino. Floreal Ruiz, Vidal y Casal, son algunos de los cantores que Peredo admiró: “Nací en los 30 y cuando yo tenía 10 años, en el 40, estaba toda esa locura del tango, uno los escucha ahora y todavía están vigentes, el tango tuvo un vuelo en su momento que fue extraordinario”, señaló.

Recién en 2007 grabó un disco en la Argentina, antes  giró seis o siete años por Colombia y Venezuela. Luego volvió al país y su resurgimiento fue en el under tanguero muchos años después

“Discépolo decía que para escucharlo había que tirarse abajo de la cama y apagar la luz, el tango te deja cansado mentalmente. Hoy hay un montón de jóvenes que están entusiasmados con el tango. Cada vez es más selecto, ya no es música de multitud”, agregó el músico. 

“El tango es lindo, es triste, dulce, amargo, como la vida, el tango son las cosas que nos pasan y hay que contarlas como son -siguió-. El tango tiene muchos colores, es sentimental, hay personajes. El tango es actuación, es una ópera chica, es teatro”.

El tango sigue floreciendo en los márgenes y Peredo es para muchos, además de un cantor, un testigo de una época, vivió el apogeo del género, su decadencia y fue parte de su retorno.

Fuente: Crónica.com.ar