Oscar Centeno, el chofer "arrepentido" que recopiló cuadernos con los supuestos detalles del manejo de dinero negro durante el kirchnerismo realizó una sorprendente revelación sobre el paradero de las pruebas frente al juez Claudio Bonadío.

Centeno declaró anoche frente a Bonadío luego de que los allanamientos para encontrar la prueba clave dieran negativo y aseguró: "Los quemé en la parrilla del fondo de mi casa".

Los quemó. Oscar Centeno declaró anoche, en el juzgado de Claudio Bonadío, lo que jura que es su última versión sobre el destino de los ocho cuadernos en los que detalló rutas, pagadores y destinatarios de coimas. "Los quemé en la parrilla del fondo de mi casa", afirmó.

Dijo que estaba solo y que fue cerca de mayo de este año. Que le estaban trayendo muchos problemas y que lo había hablado con un excompañero de trabajo del Ministerio de Planificación, que le recomendó que se deshiciera de ellos. Así lo informó a LA NACION una fuente presente en la audiencia. La declaración de Centeno de anoche fue el final de un sainete que casi arruina su acuerdo con el fiscal para ser tenido por arrepentido y lo confina a una larga temporada en la cárcel.

Finalmente, Bonadío convalidó el pacto y le firmó la excarcelación.

"Los tengo yo", había contestado un día antes, en la fiscalía de Stornelli, en la declaración como arrepentido en la que se suponía que estaba contando todo lo que sabía sobre las coimas.

Pero ese jueves la historia ya había empezado extraña. Al rato de decir que él tenía los cuadernos, Centeno agregó ante el fiscal la posibilidad de que tal vez su mujer los hubiera llevado a lo de su madre o su hermano (suegra y yerno de Centeno).

Asesorado por su abogado, el defensor público Gustavo Kollmann, Centeno pidió ampliar su indagatoria. Juez y fiscal escucharían lo que prometía ser su versión final. A las 17.30 de ayer, Centeno entró al juzgado de Bonadío. El magistrado lo esperaba con el acuerdo sin firmar sobre su escritorio y le advirtió que era su última oportunidad.

Fue entonces cuando él contó que efectivamente había quemado los cuadernos. Que lo había hecho en la parrilla, sin testigos.

Fuente: El Destape / La Nación