Este domingo es, sin duda, muy especial para Willy Caballero: no sólo por su participación en el Mundial de Rusia, sino por el llamado de su hija mayor para saludarlo por el día del Padre.

Cada "feliz día, papi" de Guillermina es un mimo al alma para el arquero. No es para menos: ella venció a un cáncer de retina en 2006, cuando apenas tenía cuatro años. Después de atravesar ese drama, al N°23 del conjunto nacional cambió su filosofía de vida: ahora se trata de disfrutar cada momento.

Años atrás, apenas se enteró del diagnóstico de su primogénita, abandonó el fútbol- jugaba en Elche de España- y regresaron al país. 

"Mi mujer fue la que se dio cuenta de que algo pasaba en su vista, y un estudio descubrió el tumor, que era bastante grande. Cuando nos enteramos decidimos dejar todo y volvernos al país. Nos vinimos porque nos dijeron que acá estaba el doctor Julio Manzitti, que es de los mejores del mundo en esa especialidad".

Fuente: La Nación