La advertencia llegó desde España: inspectores del metro detectaron que un coche CAF serie 6000 contenía componentes de asbesto, un material cancerígeno que ya habían encontrado en otros modelos y que, por razones lógicas, fueron sacadas de circulación.

Ahora bien, de confirmarse que todos las unidades de ese modelo contienen el mismo problema, los problemas llegarían también a Buenos Aires porque la mayoría de los vagones que compraron para la Línea B del subte son de ese tipo.

¿Hay motivos para sospecha que esto es una posibilidad real? Sí, claro. Porque la construcción de los trenes en cuestión fue anterior a la prohibición de que se utilice en el asbesto.

En 2013, mientras Mauricio Macri era jefe de gobierno porteño, Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) compró 86 coches CAF 6000 (operación está denunciada ante la Justicia penal porque se sospecha que hubo irregularidades). Ahora, la empresa estatal debe definir si saca de circulación a todos los trenes que están bajo la lupa y afrontar el servicio solamente con apenas 16 trenes Mitsubishi.

Decisión compleja porque dejarlos o quitarlos no haría más que generar un caos, ya sea por la amenaza a la salud de los trabajadores y pasajeros o por la imposibilidad total de cumplir con un servicio regular.