Tres personas rodean un taxi en San Telmo, en la esquina de Belgrano y Defensa. Un joven sostiene en sus brazos a una chica de unos 30 años mientras el conductor, parado a su lado, abre la puerta trasera y mete una silla de ruedas en el auto. Con ayuda, la joven con discapacidad motriz consigue sentarse en el asiento trasero. Esta secuencia se repite a diario en la Ciudad de Buenos Aires. Es que de los cerca de 37 mil taxis que componen la flota porteña ninguno es accesible a personas con discapacidad. El servicio, en sus condiciones actuales, no les da completa autonomía y muchos optan por pagar una tarifa el doble de costosa y contratar servicios de remises especiales para trasladarse.
Carla tiene 45 años y una discapacidad motora desde los 8. Vive sola en un departamento en el barrio de Almagro y para viajar por la ciudad alterna entre la Línea B de subte y radio taxis en las horas pico. “Tomo un taxi una vez por semana para ir a cuidar a mis sobrinos. Cuando pido un radio taxi, tengo que avisar que soy discapacitada y eso demora mucho el viaje”. No es la única. Para ellos, no sólo esperar al vehículo es un problema, también lo es abordarlo. “Si estoy sola y nadie puede ayudarme sólo puedo confiar en la buena voluntad del chofer del taxi”, relata Carla. El Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) realizó en 2010 arroja que en la Ciudad de Buenos Aires el 11 % del total de la población es discapacitada, con 316.844 ciudadanos. Del Informe “Población con dificultad o limitación permanente”, publicado por el INDEC en octubre de 2014, se desprende que del total de personas con discapacidad, un 20 % tiene discapacidad motora inferior.
    Andrea Grassia es miembro de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI) y fue una de las principales asesoras en la ley de creación del Servicio de Taxis Accesibles, aprobada por unanimidad en la Legislatura el 6 de octubre de 2016. Su trabajo cotidiano con personas con discapacidad motora le permite entender los inconvenientes que se presentan a la hora de viajar: “Hoy no hay un sistema que permita que las personas puedan subir sin bajarse de la silla de ruedas. Los que quieren viajar en un sistema más seguro terminan optando por pagar tarifas más altas y se mueven en transportes especiales. La idea de esta ley es que el discapacitado pueda viajar en su silla y con tarifas iguales a la del servicio de taxis actual. Lo importante es garantizar la seguridad y la autonomía de la persona”. Un servicio de remises en furgonetas con un amplio espacio trasero para personas con discapacidad, desde el barrio porteño de Villa Crespo hasta la localidad de Vicente López, provincia de Buenos Aires, tiene un costo de $ 700. El mismo trayecto, en un taxi de la Ciudad de Buenos Aires, se estima en un valor de $ 180.

Equipados con una rampa de ingreso trasera, los taxis accesibles permiten que el pasajero viaje sentado en su silla de ruedas y con lugar hasta para tres acompañantes. En países donde este tipo de transporte funciona, los modelos más utilizados son furgonetas de apertura completa de su puerta trasera y con un diseño amplio que permite que una persona en silla de ruedas viaje acompañada. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó en octubre de 2016 la Ley N° 5648 de Taxis Accesibles para entregar las primeras 200 licencias. A la fecha no se otorgó ni una.
Juan José Fernández, vocal titular de la Asociación de Taxistas de Capital, reconoció que no están dadas las condiciones para contar con las primeras unidades accesibles y que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no inició las gestiones para ello. “Sonó mucho como propaganda pero aún no hay nada que indique que vayan a  otorgar las licencias. No hay vehículos, incluso no hay cupos para nuevas licencias. Es todo muy prematuro. Creo que lamentablemente estamos hablando de acá a unos años”, afirmó.
Miles de personas con discapacidad esperan por la puesta en marcha de este servicio en el que Buenos Aires no es pionera: en Nueva York funciona desde 2008 y las ciudades de Estocolmo y Río de Janeiro también cuentan con estos vehículos accesibles. En Argentina, la ciudad chubutense de Puerto Madryn incorporó en 2014 unidades para personas discapacitadas o con movilidad reducida.

*El aumento de tarifa previsto para el viernes finalmente fue suspendido por el momento.