Hace poco más de cuatro años, el 24 de mayo de 2014, el telón del Teatro Alvear -situado en la mítica calle Corrientes, a la altura del 1659- se abrió por última vez y los actores de la obra “Mireya” salieron a escena. Esa noche, cuando la función final del musical de tango terminó, la sala quedó sumergida en una oscuridad absoluta: fiel reflejo de la realidad cultural de la ciudad de Buenos Aires.

El gobierno porteño había anunciado, en marzo de ese año, el cierre del teatro debido a sus malas condiciones edilicias. “Entre otras deficiencias, el sistema contra incendios y la instalación eléctrica no se habían adaptado a las mínimas normas de seguridad”, explica la legisladora por el Frente para la Victoria (Fpv) Andrea Conde, integrante de la Comisión de Cultura de la Ciudad. Además, el techo estaba cubierto con una lona y era notoria la desinversión y la falta de mantenimiento.

Desde ese entonces, se sucedieron las partidas presupuestarias para su puesta en valor, pero las obras nunca arrancaron y las cuatro fechas prometidas para su reapertura (fines de 2014, mayo de 2016, fines de 2017 y mayo de 2018) se incumplieron.

“El Teatro Alvear continúa cerrado por desidia estatal. A veces me pongo a pensar si lo que están haciendo no es por venganza hacia la gente del circuito teatral, que viene siendo tan resistente a la gestión PRO. Los recursos destinados al mantenimiento de salas, parece haberlos agotado la obra de refacción del San Martín. Y ni siquiera eso pudieron terminarlo a fondo. A Horacio Rodríguez Larreta, el campo cultural no le resulta significante en absoluto. Es por eso que siempre ha terminado en crisis con los sucesivos responsables del sector”, afirma el dramaturgo Mauricio Kartun.

Kartun opina que “el Alvear es una especie de monumento a esa realidad cultural deteriorada y vaciada, una instalación. Pasás por la puerta y te dan ganas de llorar. Es curioso incluso que ni siquiera intenten disimularlo, parece a propósito. Me pasa algo parecido con el evento demencial  de la apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud en el obelisco: cierran durante un fin de semana completo el tránsito en dos kilómetros a la redonda, cierran las estaciones de subte centrales, tabican veredas, perjudican de manera irremediable a los teatros de la zona porque habrá funciones suspendidas o super magras, los revientan con una impunidad que hasta parece cínica. Y sin necesidad alguna: es la primera vez en la historia en la que esta apertura se hace fuera de un estadio, que es su lugar natural. Adrede o no es un atentado a una actividad emblemática de la cultura.”

Desde el inicio del proyecto, la reparación del teatro está a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, dirigido por Franco Moccia. En octubre de 2014, se adjudicó la obra “Reacondicionamiento de Cubiertas” y se estableció una inversión inicial de 26.428.000 pesos. Pero un año después, sin que nadie hubiera empezado a trabajar allí, el Gobierno de la ciudad sumó 4 millones adicionales. Sin embargo, hoy en día no hay información en la cuenta de inversión de la obra, y ningún funcionario puede definir con exactitud una nueva fecha de reapertura. Según cuenta Conde, el tema tampoco se está tratando en la Comisión de Cultura que ella integra.

Desde el sector de prensa del Ministerio de Cultura de la Ciudad, explican: “El Gobierno hace una obra de infraestructura por año. En 2018 se reinauguró el Museo de Arte Moderno; y el año pasado, el Teatro San Martín. El objetivo es que el Alvear esté listo para el próximo año, pero no se puede hacer todo junto. No vamos a salir a decir que el teatro va a reabrir sus puertas hasta que no haya gente trabajando en eso”. Un notable desacuerdo con el jefe de Gobierno, que en la inauguración de un teatro privado, el Tabaris, el mes pasado, juró que el telón del Alvear volverá a levantarse en año próximo.

La afirmación se contradice con el proyecto de ley que Horacio Rodríguez Larreta envió a la Legislatura en julio de este año y está siendo evaluado por la Comisión de Presupuesto. “El proyecto propone vender los pisos de arriba del Teatro Alvear, en donde están ubicadas las oficinas administrativas”, cuenta Andrea Conde. Legisladores de la oposición creen que el PRO está dejando que el teatro se deteriore para luego justificar su venta.

Jorge Telerman, titular del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), asegura que aunque no haya un plazo determinado para la reapertura, “el teatro no se venderá”. El Complejo nuclea los teatros públicos de la Ciudad de Buenos Aires: Teatro San Martín, de la Ribera, Pte Alvear, Regio y Sarmiento.

Lo más curioso, frente al vaciamiento de la sala, el Gobierno porteño está llevando adelante un proyecto para renovar la avenida y favorecer al circuito teatral y gastronómico. Se estima que esta obra terminará el año que viene.

El Teatro Alvear es la segunda sala más grande del Complejo Teatral de Buenos Aires, después del San Martín. Fue inaugurado en abril de 1942 y se destaca por su infraestructura: tiene sus propios talleres de escenografía, luminotecnia, sonido y sastrería, un escenario de 22 metros de ancho y capacidad para 861 espectadores. Es, además, la histórica casa de la Orquesta de Tango de Buenos Aires. Su estado de abandono es lamentable: la ciudad que se enorgullece por ser una de las capitales más importantes del teatro, de a poco está perdiendo su brillo.

Fuente Diario Z