En 2015 nos reímos del #Subtrenmetrocleta que anunció el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, durante la campaña electoral. Ese nombre gracioso, fruto de múltiples memes y bromas, se convirtió en un llamado a licitación pública para la concreción de la primera fase de la Red de Expresos Regionales (RER), una megaobra que incluirá la construcción de varias estaciones subterráneas que funcionarán como nodos que conectarán las terminales de trenes, colectivos y Metrobús con la Red de Subterráneo.
Si bien es un paso importante la centralización del transporte en nodos de conexión, esto no resuelve una cuestión esencial: la gestión integral que debe realizar el Gobierno de la Ciudad para unificar correctamente todos los modos de una forma útil y armónica que facilite el traslado de los 13 millones de pasajeros que viajan diariamente por toda el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Cuando hablamos de gestión integral debemos referirnos a la coordinación y organización de los estacionamientos de autos particulares, las bicisendas, los recorridos de las líneas de transporte público automotor, los parquímetros y el sistema de combis que vienen de distintos lugares del conurbano. Sin una integración de los recorridos de estos medios de transporte es imposible lograr un sistema acorde a las necesidades de una ciudad en la que se mueven por día  millones de personas.
Hasta ahora lo único que percibimos son constantes aumentos de un transporte deficitario respecto a las necesidades de una megaciudad como lo es Buenos Aires. En un intento por desentrañar el mito de la realidad veamos qué se hizo en la ciudad con respecto al transporte.

¿SUBE o baja?

En abril comenzó a regir el nuevo cuadro tarifario para el transporte de colectivo y trenes. La regla es que cuánto más transportes se toman para ir hacia algún lugar, menos se paga.
En un informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), que depende de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham, se realizó una encuesta en la que les consultó a los usuarios del transporte público si a partir de la modificación de las tarifas consideraba que pagaba menos que antes. Un 52 % de los encuestados afirmó que su situación económica frente a los aumentos ha empeorado, mientras que solo un 10 % consideró que paga menos que antes.  Hay, además, un 12 % que consideró al sistema de transporte un gasto imposible de afrontar según sus ingresos.

Estacionamientos

En la Ciudad de Buenos Aires el Gobierno porteño cuenta con 42 playas de estacionamiento concesionadas a diferentes empresas. La construcción y administración de estas playas fue concedida a empresas privadas que se vieron beneficiadas por concesiones a largo plazo y cánones muy bajos que, en 30 de los 42 casos, se encuentran vencidos y por tanto operando de manera ilegal.
Las construcciones previstas de 28 nuevas playas de estacionamiento tampoco se realizaron, aunque sí fueron, en muchos casos, adjudicadas a empresas privadas por un plazo de 30 años sin que se sepa por qué montos.
Por último, mencionar que el costo tarifario de la explotación y su posterior reajuste queda a criterio de los concesionarios.

Viajar sobre ruedas

Según Vialidad Nacional, entre 1998 y 2013 la cantidad de vehículos que llega a la Ciudad pasó de 650 mil a 1,316 millones. A estas cifras hay que agregarle que el parque automotor en la Ciudad de Buenos Aires es de casi un millón y medio de autos, situación que en ningún momento fue acompañada por verdaderas políticas de desincentivo a su uso. El transporte del AMBA en este sentido continúa siendo deficitario para las necesidades de los pasajeros y por ende vivimos en una ciudad colapsada, plagada con soluciones a corto plazo que poco contribuyen a un verdadero ordenamiento del tránsito.
Viajar en colectivo también es otro dolor de cabeza. Los recorridos no se encuentran bien integrados o unificados y entonces tenemos transportes que realizan iguales recorridos que los trenes o los subtes. Eso sin mencionar que los recorridos de los metrobuses, si bien agilizan el traslado, en muchos casos se convierten en recorridos improvisados que causan un caos vehicular permanente. En la ciudad hay 91 empresas que operan 138 líneas y transportan aproximadamente 1,700 millones de pasajeros. El colectivo para muchos es el único medio de transporte en áreas del conurbano y numerosas áreas poco anexadas de la Ciudad.
Sabemos que el Subte es el mejor medio de transporte en las ciudades: no contamina, no causa caos vehicular, acorta los tiempos de traslado, pero con sus escasos 60,8 kilómetros no alcanza a cubrir la demanda de transporte de los pasajeros.

Si unimos todo…

En el AMBA se viaja mucho y se viaja mal. Somos 13 millones de pasajeros en constante movimiento. El crecimiento de la cantidad de gente no fue acompañado de políticas integrales de transporte público. Por eso hoy estamos presos de un sistema de transporte que ante problemáticas urgentes toma decisiones a corto plazo que parecen emparchar conflictos de fondo y que no resuelven la necesidad de viajar bien.   
El gran desafío es lograr no sólo la integralidad del sistema, sino además la construcción de una red interjurisdiccional de transporte en conjunto con Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Debemos ser conscientes de que el 47.8 % de los puestos de trabajo de la ciudad son ocupados por residentes del conurbano bonaerense que merecen un buen sistema de transporte, accesible y con condiciones humanas.
Hoy hay que conformarse con un transporte caro que no redunda en la verdadera transformación que se necesita de un servicio que debería ser público y tender a la gratuidad. Lejos de eso estamos.