"Un compañero con todas las letras": Inmenso dolor en Córdoba tras la muerte de un emblema de la música popular Hernán “Pancho” Alvarellos

Dueño de una sonrisa inconfundible y de un sentido del humor envidiable, Hernán “Pancho” Alvarellos fue pieza clave de la música y la cultura popular cordobesa. En la madrugada de este lunes falleció a los 67 años, pero deja un tendal de música y anécdotas.

Violinista, vientista y gran animador de cualquier velada, integró la histórica formación de Posdata junto a Horacio Sosa, la entrañable y original Banda Inestable desde su nacimiento para acompañar al Chango Farías Gómez y la Eléctrica Folklórica, el histórico grupo que capitaneó el humahuaqueño Bicho Díaz, entre otros proyectos fundamentales.

La noticia de su fallecimiento fue confirmada por el propio Sosa y por Diego Bravo, otro compañero musical de muchos años. “Me contó Sergio Korn, que lo visitó el domingo en su casa de Salsipuedes, que se levantó de golpe y dijo ‘ya vuelvo’. Se sintió mal y por eso se fue a un dispensario cercano, donde le recomendaron internarse en una clínica de Río Ceballos”, relató Sosa.

En el sanatorio quedó internado en observación, pero horas más tarde murió por un infarto masivo. “En la noche del domingo estaba de buen humor, haciendo chistes como siempre. Fue una sorpresa total”, acotó Bravo, quien sumó que este lunes se realizará una despedida con una juntada musical en la localidad de Sierras Chicas en la que residía hace varios años. “Es lo que él hubiera querido. Despedirse con música y amigos”, aseguró.

Alvarellos nació en 1955 en la ciudad de Córdoba y se crió dentro de una familia de músicos con formación académica y orientada a lo clásico. Se formó en la escuela técnica de Bell Ville por la cual obtuvo el título de técnico agrónomo, oficio que ejerció en diferentes momentos de su vida.

Comenzó con sus estudios musicales desde los ocho años con profesores particulares y posteriormente en el Conservatorio Superior de Música Félix T. Garzón. A pesar de ello, siempre se definió como “músico silvestre”. “Soy un músico que toca como lo siente, sin esa disciplina que caracteriza a los académicos”, supo decir en una entrevista para un trabajo final de la Licenciatura de Historia de Maria Sol Bruno, disponible en la web.

En 1980, mientras cumplía el servicio militar, conoció a Horacio Sosa, quien ya había formado Posdata junto a su pareja de aquel entonces, Hélida López. “Un día pasé y les dije: che si necesitan a alguien que toque el violín o la flauta llamenme. ¡No me llamaron nunca!”, contaba en la citada entrevista con el humor que lo caracterizaba. Meses después, Sosa se separó de Hélida López y Alvarellos se sumó a ese proyecto de trova urbana que catalizó como pocos un sentimiento cordobés con respecto al tránsito del oscurantismo de la dictadura al entusiasmo por la recuperación democrática, a comienzos de la década de 1980.

Ese mismo sentimiento es el que se expresaba en ‘Córdoba va’, el espectáculo poético musical que llevaba el nombre de aquel himno compuesto por Francisco Heredia y que Posdata convirtió en bandera de una época. La música era ejecutada por Sosa y Alvarellos y la poesía interpretada por los actores Toto López y Omar Rezk. En modo performance, el cuarteto intervenía espacios públicos y bares culturales de la época (1982-1984) con textos que debieron ser autocensurados por la política represiva de la dictadura.

“Creo que fue un momento muy especial que daba para que la palabra sea una forma de transmitir. Porque se vivía todo el espíritu de la dictadura y era necesario esa forma así cruda tal vez, como un arma de lucha, una cosa muy directa. Esa palabra dicha con énfasis, el tiempo necesitaba una expresión así”, relata Alvarellos en la mencionada entrevista.

Junto a Sosa, continuó con Posdata hasta 1988 sumando a otros músicos al proyecto. Y luego participó en algunos de los recordados reencuentros. En el medio, participó en calidad de invitado en Quetral, otro emblemático grupo de la época integrado por el Zurdo Roqué y Tere Ferrero.

Al momento de una evocación, Sosa recordó a Alvarellos como “el tipo incondicional que todo proyecto necesita”.

“Conmigo, ‘Pancho’ fue así, un compañero con todas las letras. Con él mantuve un sentimiento de fraternidad por siempre, más allá de Posdata. ´Pancho’ era un tipo que te invitaba a ponerle el cuerpo a las balas en todos los terrenos”, agrega.

Años más tarde y ya afianzado como violinista, durante la década de 1990 formó parte de otra banda decisiva: la Eléctrica Folklórica, el grupo que formó Bicho Díaz al llegar a Córdoba desde Humahuaca y que marcó un antes y un después en el sonido folklórico de la época. Allí compartió con otros ilustres como Titi Rivarola, Claudio Pacheco y Pichi Pereyra, entre otros.

En las variadas formaciones de “la Eléctrica”, también compartió con Cecilia Fandiño y Diego Bravo, junto a quienes formaría luego La Banda Inestable, que en los primeros años de este siglo, se convirtió en el grupo que acompañó al Chango Farías Gómez durante el tiempo que el gran referente musical residió en Córdoba.

“A Pancho lo conocí en 1985 cuando fue con Posdata a tocar a Villa Dolores, de donde soy oriundo”, rememora Bravo. “Yo era fan de Posdata y los esperamos desde la tarde con amigos. Pancho llegaba en un rastrojero histórico que tuvo y pinchó una rueda. Con amigos le prestamos un gato para cambiarla y ahí nació todo”, completa.

La Banda Inestable fue un proyecto de composiciones propias en el que se combinaban diversos géneros de la música popular latinoamericana de una manera muy original: se podía mezclar el Martín Fierro con la quinta sinfonía de Beethoven. También el jazz con una chacarera y de ahí saltar a un cuarteto característico como Hagamo’ un asado, que luego se convertiría en el gran hit Asado y fernet de Los Caligaris.

Aunque Pancho estaba alejado de la música hace casi cinco años, Bravo cuenta que a comienzos de 2022 habían tenido un approach para el regreso de la Inestable. “Estábamos separados como banda hacía varios años y nos reunimos para tocar en el aniversario de Cielito Lindo, que justamente había inaugurado con un show nuestro. Después tocamos también Casa Grote y Río Arriba. Tiempo después, Pancho me dijo que se había comprado un ampli para tocar el violín y quería volver”, narra con entusiasmo.

“Estábamos buscando estrategias para convencerle. Su frase famosa de los últimos años siempre fue ‘Me mata el flete’, haciendo referencia a la distancia entre Salsipuedes y Córdoba para los ensayos y la grabaciones”, recrea el tecladista, quien también recuerda que junto a Alvarellos formaron un dúo previa “la Inestable” llamado Defectos colaterales.

En la mañana de este lunes y sin saber de su partida, Laport justamente compartió una publicación en su cuenta de Instagram de una escena del filme en la que ensaya una canción junto a Alvarellos y Bravo. Impactado por la noticia, luego sí ensayó una despedida. “Salud Pancho querido, descansa en paz”, escribió junto a la imagen de un brindis que comparten en la película. Todo un símbolo.

Consultado sobre cómo recordar a su compañero y amigo, Bravo utiliza dos palabras: “amor humor”. Luego suma: “Para mí fue como un padre musical, un hermano mayor. Me deslumbró su filosofía de vida, me impactó su forma de ser. Siempre quise ser como él, un guaso medicinal”, define y enseguida recuerda las palabras de Omar Hefling al publicar una foto junto a Alvarellos: “compartís un asado con Pancho y te reís por dos meses”.

Fuente: Lavoz.com.ar