El Gobierno lo anuncia con bombos y platillos en redes sociales y medios de comunicación amigos: a partir de abril, los medicamentos suministrados por el PAMI le costarán un 5% menos a sus afiliados.

A priori, parece una buena noticia. Pero lo cierto es que antes de llegar a este acuerdo, los laboratorios hicieron una jugada magistral aumentando considerablemente los precios de sus productos.

Estas firmas, internacionales por ahora porque todavía las locales no cerraron el trato, se han armado con un abultado colchón de precios a lo largo de estos últimos años que les permite “conceder” luego estas pequeñas rebajas.

Según la ONG Consumidores Libres, el aumento de los precios de  los medicamentos para enfermedades crónicas fue de entre 82 y 269 por ciento,  entre diciembre del 2015 y febrero del 2018. En ese mismo período la inflación llegó al 55%, por lo que se hicieron de reservas.

Los jubilados sufrieron golpes fuertes en sus bolsillos por los aumentos abusivos de los remedios y ahora recibirían una migaja. Esa es la verdad detrás de los anuncios oficiales del macrismo.