Los restos del cohete que fue lanzado por China el 29 de abril están cayendo a la Tierra y se teme por la posibilidad de que caiga sobre una ciudad, ya que su reingreso está fuera de control. Hay coincidencia en afirmar que es difícil predecir cuándo será el impacto, pero ya se sabe que es uno de los casos más grandes de reentrada incontrolada de una nave espacial y potencialmente podría aterrizar en un área habitada.

Trazar la trayectoria de esta etapa del cohete que cae es difícil, si no imposible, porque hay demasiadas incertidumbres involucradas en el cálculo del efecto del arrastre atmosférico en el módulo del núcleo, señalaron los científicos.

La atmósfera de la Tierra, explicó SpaceNews, puede expandirse o contraerse con la actividad solar, lo que dificulta estimar exactamente cuándo y dónde caerá el cohete.

La alta velocidad del cuerpo del cohete significa que orbita la Tierra aproximadamente cada 90 minutos, por lo que un cambio de solo unos minutos en el tiempo de reentrada da como resultado un punto de reentrada a miles de kilómetros de distancia, agregó.

La inclinación orbital del objeto es de 41,5 grados significa que "pasa un poco más al norte que Nueva York, Madrid y Beijing y tan al sur como el sur de Chile y Wellington, Nueva Zelanda, y podría hacer su reentrada en cualquier punto dentro de esta área".

China lanzó el cohete Long March 5B el 29 de abril, con el módulo principal para la futura base orbital china. El lanzamiento se realizó en la isla de Hainan. El profesor Jonathan McDowell, astrofísico del Centro de Astrofísica de la Universidad de Harvard, cirado por The Guardian, mencionó que "la última vez que China lanzó un cohete, terminó con largo cables metálicos volando por el cielo y dañanado varios edificios en Costa de Marfil". 

En la actualidad, la Gran Marcha 5B se encuentra viajando a una velocidad de 27.600 kilómetros por hora, en una órbita baja que según detallan los científicos, inevitablemente se conducirá a una pérdida de altitud. 

Fuente: BAE Negocios