Un grupo de arqueólogos encontró los restos de un "niño vampiro" en una tumba ubicada en el cementerio polaco de Pień, con una antigüedad que data del siglo XVII, y cuyos restos fueron descubiertos boca abajo y con un candado triangular en los pies.

El equipo que hizo el hallazgo cree que el candado pertenecía a una antigua creencia antivampírica, y según informes de los arqueólogos, los rituales de la época establecen que cuando una persona era enterrada boca abajo, los muertos "morderían el suelo y no dañarían a los vivos". Esta no es la primera vez que se encuentran restos de entierros antivampíricos en ese cementerio, ya que en septiembre de 2022 se descubrieron los restos de una "mujer vampiro" que estaba enterrada con una hoz restringiendo su cuello.

Los entierros de aquella época estaban condicionados por las creencias populares, debido a los numerosos mitos de criaturas malignas que acechaban a las personas. Estas historias comenzaron a tener repercusión en el siglo XI, pero en muchas poblaciones estas historias llegaban a causar histeria colectiva.

Este miedo llegó a estar tan extendido que a finales de siglo XVII en toda Polonia se popularizaron extrañas prácticas de enterramiento en respuesta a un "brote" de vampiros, y muchos cuerpos fueron mutilados póstumamente. Entre estos macabros métodos estaban cortar la cabeza o las piernas para impedir que el vampiro ande, colocar al difunto boca abajo para que muerda la tierra, quemarlo, o aplastarlo con una gran piedra.

Estas historias de criaturas demoniacas fueron evolucionando con el paso del tiempo, y una de las primeras representaciones de un vampiro se encuentra en los mitos de la Antigua Grecia, donde un demonio llamado Lamia estaba sediento de sangre y se alimentaba de niños.

En el Medievo, los mitos vampiros eran muy comunes en Europa del Este, de hecho, las personas que se suicidaban eran sospechadas de vampirismo y sus cuerpos eran mutilados para evitar que se levantaran de entre los muertos. Todas estas historias nos llevan hasta nuestros días, donde la figura del vampiro es utilizada como mero entretenimiento en películas o series.

Palabra de especialista

En tanto, el arqueólogo Dariusz Poliński, de la Universidad Nicolás Copérnico, dijo sobre el niño que se cree que tenía entre cinco y siete años. “El candado debajo del pie simboliza el cierre de una etapa de la vida y está destinado a proteger contra el regreso del difunto, que probablemente se temía. Tales prácticas se originaron en creencias populares y a veces se describen como antivampíricas”, sostuvo.

Se creía que, ser enterrado boca abajo, hacía que el difunto “mordiera el suelo y no dañara a los vivos”. A menos de dos metros de distancia, en septiembre de 2022, se encontraron los restos de una “vampiro” femenina, inmovilizada por una hoz.

El equipo que la encontró teorizó que la extraña colocación del candado y la hoz era una forma de mantener a la mujer en su tumba si intentaba levantarse.

Poliński dijo en ese momento que los extraños elementos del entierro eran consistentes con las defensas contra “el regreso de los muertos”. “La hoz no se colocó plana, sino en el cuello de tal manera que si el fallecido hubiera tratado de levantarse, lo más probable es que la cabeza hubiera sido cortada o lesionada”, concluyó.

Fuente: Cronica.com.ar