"Espero venir este año tres veces a Rusia. Voy a venir con mi hija Antonia a los dos primeros partidos de la Argentina. Me habla todos los días del Mundial. La tercera, espero que sea para la final", dijo el presidente Mauricio Macri el 23 de enero.

Las declaraciones las hizo desde Moscú junto a su par ruso Vladimir Putin y, con intención de caer simpático, deslizó: "Espero que esta vez tengamos más suerte que en Brasil, pero lo importante es competir. Dios y Messi dirán si podemos o no ganar el Mundial”.

Pero atrás quedaron esas jugadas. Hoy se supo que, finalmente, el Presidente se quedará con las ganas de ver a la Selección argentina y lo que deberá rogar, ahora, es tener tiempo para almorzar mirando los partidos por tevé.

En diálogo con TN, voceros oficiales explicaron que la decisión de no viajar estaba tomada en un "99%". Arguyen que es políticamente incorrecto realizar un viaje como ese justo cuando arrancan la negociación con el Fondo Monetario Internacional para pedir dinero. Los famosos recortes que siempre traen este tipo de deudas llegaron antes de lo previsto y golpearon a la propia Casa Rosada.