Los pasos inmediatos será retomar el diálogo con una lista de concesiones: desde la reapertura de las paritarias hasta un nivel cercano al 25 % que pactó Hugo Moyano para los camioneros, hasta la quita de capítulos de la reforma laboral en el Congreso y una mesa de negociaciones para la contención de los despidos en el sector privado.

El único punto de los cinco que la CGT se había planteado como objetivos para dejar sin efecto el paro, y que no cederá el Gobierno, es un alivio en el pago de Ganancias respecto del aguinaldo de mitad de año. El quinto ítem, la devolución de los fondos retenidos a las obras sociales sindicales, empezó a destrabarse. Mientras tanto, la incógnita, tanto para el Gobierno como para la central sindical, pasa por la profundidad de las reformas que exigirá el Fondo Monetario Internacional en el mercado laboral.

Cerca del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, destacan que para el Gobierno de Mauricio Macri el objetivo será, más allá de las diferencias de fondo, sostener a la CGT como una especie de administradora del conflicto social. ¿El objetivo?: evitar de esa manera una dispersión en otros espacios de protesta más radicalizados y, por lo tanto, menos controlables.

Las concesiones pueden interpretarse no sólo como un triunfo de la central obrera, sino también del ala política del Ejecutivo que siempre apostó por la continuidad del diálogo a fuerza de atenciones a los dirigentes, en contraposición con funcionarios como Marcos Peña,  Nicolás Dujovne o Patricia Bullrich, quienes ayer insistieron con un discurso de trinchera contra el paro.

Entre los “halcones” del Gobierno  se destaca que no habrá cambios en la política económica, más allá de la reapertura de paritarias que se hará “sector por sector”. Por ejemplo, en las últimas horas optaron por concentrar sus críticas en los impulsores de la medida, a quienes Triaca acusó de estar motivados por “cuestiones políticas” y de querer “volver al pasado”, en clara referencia al gobierno kirchnerista.

Más allá de las diferencias, el objetivo de la administración macrista apunta a bajar la tensión con los gremios, sobre todo teniendo en cuenta la existencia de un escenario económico adverso con una inflación sin control, y con duras medidas destinadas a reducir el déficit fiscal.

El promedio de subas del 15 % calculado por la inflación prevista el año pasado por el Gobierno, pasó al 20 % y podría incrementarse al 25%, cifra en la que cerró Camioneros y después Gastronómicos. Desde el Gobierno se aclara que la paritaria es libre, por lo que cada sector ofrecerá lo que pueda pagar, con la excepción del ámbito público.

Fuente: info135.com