El presidente Mauricio Macri había prometido “pobreza cero” pero parece que a las palabras se las lleva el viento y que la realidad es más severa de lo que todos esperábamos: la mitad de los niños, niñas y adolescentes es pobre y no pueden vestirse, moverse por la ciudad y alimentarse como deberían.

Horas después de la Navidad se conoció un adelanto de lo que será el informe completo del Observatorio de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA) y lo que se pudo ver es preocupante.

La crisis económica terminó golpeando a una gran cantidad de niños y niñas de hasta 17 años, quienes comen menos que antes o que, directamente, están pasando hambre.

Según publicó LA NACIÓN, la “inseguridad alimentaria severa” pasó de 9,6 % a 13 % entre 2017 y 2018. Ello implica que hoy tenemos 456.840 niños y niñas que se sumaron a los que ya estaban sufriendo el ajuste.

¿A qué se refieren con eso de “inseguridad alimentaria”? A que en cada hogar tienen dificultades para acceder a los alimentos en cantidad y calidad porque el sueldo no alcanza, lo que cual es lógico considerando que la mitad de los trabajadores cobra menos de lo que realmente cuesta una canasta básica completa. En ese sentido, días atrás la UCA había señalado que, precisamente, el 51,7 % de la población infantil está por debajo de la línea de pobreza.