A fines de septiembre, días antes de las elecciones, Vidal tenía una imagen positiva del 58,86% y una imagen negativa del 38,16%. Esos números, a partir del escándalo del gobierno nacional de aprobar una ley para pagarle menos a los jubilados y los aumentos de tarifas y una inflación que no se detiene, bajo a fines de febrero a un 43,22% la imagen positiva y a un 53,11% de imagen negativa. Estos números se acentuaron a partir de marzo con la negativa de Vidal de no acordar con los gremios docentes.

El problema de Vidal son los números de Macri en el Gran Buenos Aires. El presidente, a fines de septiembre media 36,54% de imagen positiva y tenía una imagen negativa del 61,90% pero a fines de febrero ya había bajado a un 28,64% y la imagen negativa llegó a un 69,93%.  Esos números tan negativos del presidente arrastraron a la gobernadora.

Un dato para tener en cuenta, y que altera a Cambiemos, es que la expresidenta Cristina Kirchner mantiene una imagen positiva del 46,48%, superando a Vidal (43,22%) y a Macri (28,64%). Cuando se analiza la imagen negativa, Cristina está en un 50,87%, Vidal (53,11%) y Macri (69,83%).

El problema de la gobernadora es que no puede salir a despegarse del presidente, más allá que la política económica con tarifazos e inflación está haciendo estragos en el Gran Buenos Aires.