“No aclares que oscurece”, dice el refrán popular que debería haber escuchado el jefe de la Policía Federal antes de salir a explicar cómo van a aplicar el nuevo protocolo de Seguridad.

“No vamos a salir a matar a nadie si esa persona no se traduce en una amenaza”, dijo hoy Néstor Roncaglia, cabeza de la Federal, quien agregó: “La sociedad tiene que estar muy tranquila, yo duermo muy tranquilo”.

Lejos de generar esa tan deseada “tranquilidad”, la frase lo único que provocó fue preocupación porque implica que “no le va a pasar nada” a quien “se porte bien” (rememorando a los viejos 70s y esa filosofía del “algo habrán hecho”) y deja atado -por supuesto- a la subjetividad del oficial de calle qué es una amenaza y qué no.

“El gatillo fácil es obvio que es un exceso en el cumplimiento del deber, es tirar en cualquier circunstancia y justamente ese no es el mensaje del reglamento: el reglamento habla de las condiciones en las que yo puedo disparar”, indicó el jefe de la fuerza en diálogo con FM Millenium. Pero la polémica sigue porque estas nuevas reglas impulsadas por la ministra Patricia Bullrich ni siquiera fueron aceptadas por la principal aliada del macrismo, Elisa Carrió, quien advirtiera que se trata de un paso hacia adentro del fascismo.