La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió sufrió una descompensación y fue llevada a un sanatorio de la ciudad santafesina de Esperanza para unos estudios. Lo confirmó la diputada nacional Lucila Lehmann.

La Dirección Médica del sanatorio informó que Carrió sufrió un cuadro compatible con déficit isquémico transitorio (cerebral).

“Se encuentra bajo observación médica y se llevaron a cabo diversos estudios y análisis clínicos para determinar el origen y la naturaleza de su condición. Actualmente, permanece en la institución por decisión propia y del equipo médico aguardando evolución”, confirmaron.

Ataque, accidente o déficit isquémico transitorio

“No es un ´accidente´, sino un ´ataque´, aclara el doctor Pedro Lylyk (M.N. 44.976), neurocirujano, referente internacional en el tratamiento del ACV. “Por lo tanto, es un suceso que se puede anticipar y prevenir”, agrega.

Controlar los factores de riesgo reduce hasta un 80 por ciento las chances de sufrirlo y para ello, la actividad física practicada de forma sostenida y regular, resulta un arma fundamental.

Los factores de riesgo son colesterol elevado, sedentarismo, obesidad, tabaco y diabetes. El estrés también es, en menor medida, otro de los riesgos que habría que tener en cuenta.

Cómo se reconoce el ataque isquémico transitorio

“El déficit isquémico transitorio es un síntoma neurológico transitorio de menos de una hora debido a una claudicación de la circulación reversible”, define el doctor Gonzalo Gómez Arévalo (M.N. 77.725), neurólogo.

Si bien los síntomas suelen desaparecer antes de la hora de iniciados, pueden reconocerse como uno o algunos de los siguientes:

  • Debilidad, adormecimiento o parálisis en la cara, el brazo o la pierna, generalmente en un lado del cuerpo.
  • Dificultad para hablar o para entender a otros.
  • Ceguera en uno o ambos ojos o visión doble.
  • Mareo, pérdida del equilibrio o de la coordinación.
  • Dolor de cabeza repentino e intenso sin causa aparente.

Pedro Lylyk insiste en que lo más importante de estos eventos es que pueden repetirse. “Hay un riesgo del 30 por ciento de que pase lo mismo dentro de los 15 días y a veces, esa segunda vez no es tan transitoria”, reconoce Pedro Lylyk. Lo lógico sería hacerle al paciente una serie de estudios en el cerebro y en el corazón para saber las causas de este ataque.

Fuente: TN.com.ar