La Gendarmería reprimió con balas de goma y carros hidrantes a los trabajadores de Cresta Roja que protestaban contra despidos y la extorsión de la patronal.

Tras el feroz ataque de la fuerza, los obreros se reagruparon y realizaron un piquete en la ruta 205 para que liberen a los dos compañeros detenidos.
 

Qué pasó

Desde anoche, unos trescientos trabajadores de la planta 2 de Cresta Roja hacían guardia en el acampe que realizan hace dos semanas en planta 1 de la localidad de La Unión (Ezeiza).

¿Por qué? Porque las negociaciones con la nueva patronal Wade, del Grupo Tres Arroyos, entraron en punto muerto desde que la compañía planteó prescindir de 500 trabajadores entre las dos plantas, y que necesitaba retomar la faena con sus condiciones. Los chantajeó con que era eso o nada.

En ese contexto, la Justicia ordenó a la Gendarmería que “despeje” todo para que ingresen trabajadores reclutados como “rompehuelgas”. Fue así que llegaron unos 1.300 agentes munidos con palos, gases, balas de goma, caballos, carros de asalto y carros hidrantes.

Un grupo de gendarmes avanzó hacia la resistencia obrera, pasadas las 6 de la mañana, comenzó la represión; los obreros respondieron con lo que tenían a mano.

Frente a las balas de goma y el avance con los carros hidrantes, el piquete se desplazó hacia la ruta y las vías -donde los esperaba un operativo mayor, con la montada y decenas de carros de asalto, infantería, y más hidrantes.

Los obreros les siguieron haciendo frente en la ruta 205 y las vías hasta que movimientos de pinzas de las fuerzas represivas los fueron dispersando; se produjo una batalla campal durante más de una hora.