La desocupación entre los jóvenes va camino al 30%. Se plantean reformar convenios y flexibilizar empleos; bajar costos con pasantías. Con todo, ser joven hoy en la Argentina implica un 97% más de riesgo de no tener empleo. Pero el problema no solo desvela a las nuevas generaciones: los mayores de 45 años tampoco logran conseguir un puesto.

Después de tres años de angustia, Elena Epelbaum consiguió un trabajo en blanco. La “bendición” se materializó en una óptica a pocos metros del Congreso, donde ella, con sus 52, atiende a los clientes que se acercan.

Elena había dejado de trabajar a los 40 años, cuando decidió que lo mejor sería dedicarle más tiempo al cuidado de su hija, quien nació con labio leporino. La familia era sostenida por los ingresos de su pareja pero cuando se divorciaron todo se complicó y necesitó mantener la casa.
Ahí comenzó el problema: nadie la empleaba por su edad y, en el camino de la desesperación, se encontró con una luz: Diagonal, una asociación civil que nació con la crisis de 2001 y que trabaja por la reinserción laboral de personas mayores de 45.

La directora de esa ONG, Gabriela Halperín, advirtió –en diálogo con un diario nacional- que "la gente que pierde el trabajo después de los 45 años está muy enojada con todos -con la familia, las consultoras y las empresas-, frustrada, desalentada y desesperada. Le cuesta mucho pedir ayuda". Y subrayó que desde la organización no les consiguen trabajo sino que les dan herramientas para que lo puedan conseguir solos.