El relato de los familiares que perdieron a sus bebés en el Hospital Materno Neonatal “Dr. Ramón Carrillo” de Córdoba duele y pide a gritos justicia. Ninguno de los casos, ocurridos entre marzo y junio, recibió una explicación sobre lo que les había pasado a los pequeños que, a horas de haber nacido sanos murieron sin una razón lógica.

Es por eso que todas las familias denunciantes marcharon el martes y jueves frente al sanatorio para reclamar respuestas.

Aunque la principal hipótesis, sostenida en dos autopsias tiene como principal sospecha el exceso de potasio, la Justicia aún debe determinar cómo fue suministrado, por qué y quién lo hizo.

“Todo empezó el 17 de marzo, mi hermana se interna a la noche porque al día siguiente tenía la cesárea programa. Esto es particular porque el resto de los casos fueron partos naturales y las madres han podido estar con sus bebés. Vanesa recién lo pudo ver cuando estaba en estado crítico”, contó Victoria Cáceres, tía de Francisco.

Según su relato, Vanesa tuvo un embarazo “muy lindo y sin problemas, super controlado”. El 18 al mediodía nació Fran. Fue en la semana 38, pesó 3,260 kg y estaba sano: “Lo pudimos ver cerca de las 11:30, estaba despierto y movía las manitos”. Dos horas después, los médicos le avisan que lo iban a internar porque tenía una arritmia.

“Nos pareció rarísimo porque eso es algo que aparece en las ecografías. Lo internan. Nosotros estábamos esperando las noticias, pero nadie nos comunicaba nada. A todo esto, mi hermana estaba recuperándose de la operación, ya que además se ligó las trompas”, sostuvo.

Una arritmia que decían poder controlar se volvió un problema: “Había un ventrículo que no funcionaba y nos dijeron que con un marcapaso se podía solucionar. Iban pasando las horas y no sabíamos nada. Ya, tipo 7 de la tarde, nos dice la doctora que Fran estaba en estado crítico”.

“Le empezaron a inyectar drogas para ver si su corazón resistía y no pasó. El primer intentó no funcionó, el segundo tampoco y cerca de las 22:00 murió”, detalló Victoria y agregó: “Nos fuimos pensando en que lo que pasó fue mala suerte, que podía haber sido algo congénito y empezamos un duelo que todavía estamos transitando”. En el cuerpito no encontraron marcas ni nada que pudiera hacerlos sospechar de otras razones.

Sin embargo, todo cambió la semana pasada cuando vieron las noticias: “Escuché la denuncia de una abuela y, si cerraba los ojos y no leía el nombre, era la misma historia que nosotros. Fue un horror saber que hay más casos”.

Respecto al personal del hospital que salió a hablar en los últimos días reconociendo lo que sucedía, expresó: “Es desesperante escuchar de que adentro ya se hablaba, de que algo se rumoreaba en pasillos. Todos se callaban”. “El silencio es complicidad. Si una persona no denunciaba anónimamente, esto no hubiera salido a la luz. La verdad es que siento que estamos viviendo una película de terror”, cargó.

En ese sentido, enfatizó: “Es terrible porque se han llevado vidas de bebés. Duele saber que pudo haber sido intencional, duele más que alguien haya decidido arrebatar una vida”.

“Mi hermana está destrozada. No hay peor dolor para una madre que perder un hijo. Estaba transitando el duelo y ahora, una lucha y el pedido de investigación”, subrayó e insistió: “No vamos a parar hasta saber la verdad”.

Carolina fue internada en la madrugada del 23 de abril con 7 de dilatación. Dos días antes había tenido el último control neonatal y todo daba perfecto. Cuando ingresó a la guardia 4:30, quedó aislada de su familia y todos estaban inquietos por no tener novedades.

“Preguntábamos y nos decían que teníamos que tener paciencia. Recién a las 11 del mediodía nos avisaron que había nacido mi sobrino, pero en el medio fuimos a preguntar por mi hermana y no había registros. La policía que estaba en la puerta nos ayudó a buscarla habitación por habitación y la encontramos sola, mientras le hacían una transfusión de sangre”, narró Laura a TN y detalló el horror que le tocó vivir a su hermana durante el parto: “Sufrió violencia obstetricia, una compañera de sala presenció todo el maltrato que pasó. Tenía moretones en todo el cuerpo”.

Después de todo ese dolor, la feliz noticia era que Benjamín nació sano y pesó 3,315 kg. Incluso estuvo con la mamá, que lo pudo amamantar. Pero allí también volvió a protagonizar un momento de violencia: “Estaba con el bebé y vino una enfermera que se lo quería llevar. Ella no quería, pero insistió de mala manera para llevarlo a hacerse unos controles”.

“De repente lo mandaron a terapia y avisan que había tenido el primer infarto. El segundo infarto lo hizo a las 15:15 y el médico no explicaba qué le pasaba porque todos los estudios salían bien. Finalmente mi sobrino murió delante de su mamá, no lo reanimaron”, relató.

Cuando fueron a hacer el acta de defunción, el motivo de la muerte estaba incompleto: “Nunca nos explicaron qué es lo que pasó y uno puso que fue por un paro cardiorrespiratorio”. Esperaron para hacer la denuncia unos días, para que se recuperara Carolina.

“No nos cerraba que un bebé sano haya fallecido a las 11 horas de haber nacido. Fuimos a hablar al hospital y denunciamos la violencia psicológica que había vivido. Las enfermeras le habían dicho todo el tiempo que ‘si algo le pasaba al bebé, iba a ser culpa de ella’. Nos derivaron con la directora (que ya fue desplazada), quien puso un psicólogo y una genetista. Esta última, sin hacer estudios, le dijo que el problema de Benja había sido culpa de mi hermana que empezara con paros”, explicó Laura.

En ese sentido, cuando salió a la luz la muerte de los bebés en el Materno, sintieron una mezcla de impotencia, dolor y bronca: “Mi hermana dejó de sentirse culpable. Desde ese momento, estaba con ataque de pánicos y ansiedad. Era tanta la culpa que le hicieron creer que la viene pasando muy mal, pero saber que no fue ella le da fuerza para luchar”.

Sobre las hipótesis que se barajan, opinó: “Yo creo que todos son culpables. Si lo sabían y lo callaron, también son culpables. Me parece terrible que haya personas que sabían y no hayan tenido consciencia”. “Queremos saber qué pasó, por qué y por qué las autoridades responsables no se dieron cuenta”, concluyó.

Familiares de los bebés convocaron a una marcha de antorchas frente al hospital este jueves a las 19:00. Con el dolor que lamentablemente atravesaron, pedirán justicia por cada recién nacido que murió y respuestas para terminar con esta película de terror.

Fuente: TN.com.ar