Un abuelo de tenía 90 años y fue víctima del famoso “cuento del tio”. Lo llamaron ofreciendole un viaje en remis y terminaron robandole 130 millones de pesos. Hora más tardes de la estafa, la familia contó que sufrió una crisis de nervios y murió de la tristeza.

El llamado sucedió algunos días atras cuando el abuelo fue engañado por una voz que decía ser su hermana. Del otro lado del telefono, una mujer le dijo que le enviaba un remis a su domicilio para que vaya al banco a extraer todo el dinero de su cuenta bancaria y asi, pueda cambiar los billetes “chicos” por unos de cara grande con dos personas que se encontraban dentro de un Peugeot.

Lo que no se imaginaba el hombre es que del otro lado la que hablaba no era su hermana, sino una estafadora. Al finalizar el recorrido, el anciano fue dejado solo en una esquina de Caballito e incomunicado. Cuando se logró contactar con su hermana y le contó la situación, se llevó una triste sorpresa: le dijo que no le había mandado ningún auto.

“Él había recibido un llamado presuntamente de mi madre diciéndole que iba a mandarle un remís de su confianza para que vaya al banco a buscar su dinero porque los billetes de cara chica iban a perder su valor. Lo pasan a buscar, lo levantan, lo llevan al primer banco. Entra a la caja de seguridad solo y la vacía por completo. Les entregó todo en un bolso. Cuando estaban saliendo del lugar, le preguntan si tenía más plata en otro banco y él contesta que sí”, contó Andrés, sobrino del abuelo.

Y agregó: “Fueron al segundo banco donde se sumó otra persona, que le dijeron que era un amigo de trabajo mío, para más seguridad. Despúes de que les entregara toda la plata, lo llevaron a pasear un poco con la excusa que tenían que sacar una fotocopia especial, le dijeron que iban a estacionar para que no camine y a los 30 minutos se dio cuenta que no iban a volver. Ahí es cuando pidió un celular y llamó a mi mamá”.

Y por último, Andrés, contó cómo fueron las últimas horas con vida de su abuelo: “Ese día hicimos la denuncia en la comisaría. Cuando terminamos, lo llevo a la casa, estaba por llegar la mujer que lo cuidaba. A la tarde, la policía va a hacer más preguntas. Suben y, cuando se están yendo, él le dice a la chica que los acompañe hasta abajo. Ella baja y cuando vuelve empieza a tocar la puerta. Él no respondía. Nos llama, salimos para allá, abrimos y lo vimos sentado ya sin vida en el sillón de la casa. Estuve 15 minutos haciendo RCP”.

Fuente: Radio Mitre