Los arqueólogos encontraron el cráneo del hombre cuyo esqueleto apareció bajo una enorme piedra en las excavaciones de la ciudad de Pompeya, sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 y han determinado que no fue decapitado.

En un primer momento se presumió que había muerto decapitado al no encontrarse la cabeza, pero no fue así, explicó la dirección del área arqueológica en un comunicado.

La cabeza ha sido hallada en el mismo lugar en el que fue encontrado hace exactamente un mes el esqueleto del ya denominado como "el fugitivo" de esta antigua ciudad romana, pero en un nivel más bajo que el resto del cuerpo.

Los arqueólogos han lanzado ahora la hipótesis de que su muerte no fue provocada por el impacto, sino por la asfixia que le provocó los vapores que emanaron del volcán.

Fuente: Clarín