Cientos de reservas aseguran la prosperidad de Lumidolls, el primer burdel virtual en Italia, con sede en Turín, donde los clientes encontrarán para todos los gustos muñecas y muñecos inflables tamaño natural y robotizados. Será completamente legal porque las encargadas de entretener a los clientes no respiran ni piensan ni están hechas de carne humana sino en termoplástico.

La inauguración, en un lugar aún secreto, está prevista para el 3 de setiembre. Ya están habilitados dos conmutadores para las reservas, siempre repletos de llamadas, y un sitio en internet.

La “madama”, por así llamarla, es una sociedad catalana que ha abierto burdeles virtuales en Barcelona y Moscú. Se presentan como los primeros en Europa, pero les ganó de mano el Bordoll de Dortmund, Alemania, con sex dolls para todos los gustos. También se ha abierto un en París, meses atrás.

Por transcurrir una hora de intimidad el precio medio es de 100 euros, pero con espectáculos y alguna muñeca agregada puede llegar a 190 euros.

Este mundo de muñecas que parecía solo fruto de la imaginación literaria de intelectuales como el gran escritor uruguayo Felisberto Hernandez, que escribió “Las Hortensias”, cuento que su amigo Julio Cortázar hizo editar en francés; o de las andanzas de Perky Pat escritas por el norteamericano Philip Dick, otro grande, hace su ingreso en el mundo real. Será pasto de sesudos y sexudos análisis porque la novedad hace sonreír pero deja también un gusto amargo.

Fuente: Clarín