Madrugar para ir al trabajo. Viajar apretados en un subte que no para de aumentar el boleto. Llegar al puesto y esforzarse para que todo salga bien, comer mal, soñar con vacaciones. Volver en el mismo subte apretado pero ahora con más cansancio que antes. El círculo parece más bien vicioso antes que virtuoso pero podemos hacer cosas para pasarla mejor.
 

Dormir es una de las actividades más reconfortantes del ser humano. Te permite aprehender todo el conocimiento, descansas del ajetreado día y puedes comenzar nuevamente con tu vida con las baterías cargadas, tal como lo planeaste. Sin embargo, la mayoría de nosotros tenemos algunos problemas a la hora de conciliar el sueño: el insomnio que nos aqueja, las ganas de continuar viendo nuestra serie favorita, terminar el día con el celular en la mano, hablando por teléfono con nuestros amigos o simplemente no dormir las 7 - 8 horas recomendadas, puede causarnos serias complicaciones en el sueño.


Según las investigaciones del Hospital Vall d’Hebron, la falta de descanso puede provocar enfermedades cardiovasculares, disminuir la memoria o desarrollar trastornos de ansiedad o depresión. Cuando despertamos después de una mala noche de descanso, no rendimos lo suficiente en la escuela o el trabajo, estamos molestos por el simple hecho de tener que estar despiertos y no haber dormido las horas que lo necesitamos.

No descansar te agobia, te aqueja y te das cuenta que necesitas cambiar tu rutina aunque no sabes cómo hacerlo. Por eso, aquí te decimos algunas cosas que seguramente estás haciendo mal al dormir y tienes que cambiar para conciliar el sueño como un bebé.



1. Comer mucho en la noche
 

Un problema que sufren tanto adultos como jóvenes es no poder dormir o tener pesadillas si la cena fue una bomba para el organismo. Las cenas ricas en grasas como embutidos, quesos, salsas y frituras producen acidez estomacal. Las especias y acostarse inmediatamente después de cenar puede hacer que el ácido del estómago suba con mayor facilidad al esófago y provoque ardor y náuseas. Lo más adecuado es cenar una ensalada o verduras con yogurt y queso fresco.



2. Posponer el sueño

Según el Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad de Utrecht en Holanda, esta nueva costumbre hecha por muchos de nosotros es conocida como Bedtime Procrastination, en la que posponemos nuestra hora de dormir porque simplemente nos da flojera levantarnos del sillón y comenzar nuestro ritual para ir a la cama, lo que al final hace que nos vayamos a la cama demasiado tarde y termina restándonos horas de sueño.


3. Tener el celular demasiado cerca o verlo antes de dormir
 

Aléjalo de ti lo más que puedas y compra un despertador si te cuesta trabajo levantarte, puesto que, según un estudio de la Universidad Wayne State de Estados Unidos, las radiaciones que emiten los teléfonos celulares pueden causar dolores de cabeza, cambios de humor, confusión e irrupción de los patrones vitales del sueño. Las personas que duermen con el teléfono móvil al lado tardan más en dormirse y pasan menos tiempo en un sueño profundo.
 

4. La autoexigencia
 

Según el doctor Estivill, experto en problemas de sueño, dormir mal siempre se debe a algo como acumular estrés, ansiedad o tensión. Al llegar la noche es muy difícil que el cerebro se desconecte de todos esos pensamientos y nos es muy difícil conciliar el sueño. Según el doctor, no siempre se debe a un trabajo exigente sino la forma de ser de alguien, con un carácter demasiado cumplidor y autoexigente.

5. Dormir en el día
 

Nuestro cerebro está programado para dormir de noche, por lo que cambiar este hábito e intentar dormir en el día, puede hacer que todo entre en desbalance. La melatonina aparece durante la noche, por lo que “el sueño diurno es menos reparador y más fraccionado”, según el doctor Estivil. El diario semanal Proveedings of the National Academy of Sciences dice que "dormir durante el día altera el ritmo de un tercio de los genes", incluso más que la falta de sueño.

6. Romper nuestra rutina
 

El lugar común que escuchamos sobre el anhelo de romper la rutina diaria no parece tan divertido cuando sabemos lo que le hace a nuestro sueño. En realidad, tener el mismo horario para acostarnos y levantarnos nos hace ser más estables y mantener una constante en nuestro ritmo natural.



7. Tomar cafeína
 

Muchos creemos que la cafeína no nos causa ningún malestar, pero en realidad nunca deberíamos ingerir esta sustancia después de mediodía. La cafeína es la responsable de despertar a la mitad de la noche o dormir con inquietud. Muchos alimentos contienen cafeína, como el cacao, helados, dulces, suplementos para perder peso, té, refrescos, bebidas energéticas y, por supuesto, el café.

8. Una siesta de más de media hora
 

Dormir 20 minutos después de comer es reparador y ayuda a conciliar el sueño mejor por la noche. Una siesta ayuda a relajarte y estar alerta durante el día. Pero si dormimos más de 20 ó 30 minutos, el impacto será negativo y nos será más difícil conciliar el sueño nocturno.

 

9. Hacer ejercicio
 

El entrenamiento diario necesita recuperar las fuerzas y muchas veces lo hacemos a través del sueño; sin embargo, como una recomendación de su programa, Josh Holland, el entrenador de celebridades, declaró que “es importante no practicar ejercicio y sudar poco tiempo antes de acostarnos, ya que lo único que conseguiremos es que nos cueste más conciliar el sueño".

10. Dejar una luz encendida
 

Aunque esta sea muy tenue, una luz brillante puede evitar la producción adecuada de melatonina. Debemos apagar todas las pantallas y desenchufar todos los aparatos al menos una hora antes ir a la cama. En lugar de quedarnos viendo la televisión o Facebook, es mejor leer o meditar. La luz es la indicación que el cerebro recibe para despertar.