La situación de Del Plata comenzó a arruinarse hace unos años, cuando la firma propiedad de Sebastián Ferreyra dejó de pagar aportes a sus trabajadores y también dejó de cumplir con los tiempos habituales para pagar los sueldos. Esto se agravó en el último tiempo, cuando, en simultáneo con la contratación de algunos figurones de los medios, los periodistas y locutores dejaron directamente de cobrar sus salarios, o bien lo hacían con recortes.