El bohemio barrio Güemes conserva un verdadero tesoro: el Paseo de las Artes.  Se trata de un espacio que encontramos a unas diez cuadras del casco histórico de la ciudad de Córdoba que se ya es un clásico para los turistas interesados en la creatividad y folklore.

El barrio tiene algo de nostalgia porque los comienzos se remontan a la primera década del siglo XX, cuando un almacén de ramos generales y despacho de bebidas instalado por un inmigrante español era el punto de reunión de parroquianos y cantores.

El ingenio y el deseo de progreso de los recién llegados les hizo montar negocios de variados ramos en una zona conocida por sus inundaciones y la pobreza de sus habitantes. A cambio de tantos males, se unieron a los criollos aportando sus costumbres y modos de divertirse.

Existe un deseo de recuperar la memoria afectiva de este rincón cordobés y han aparecido diarios y libros de la época que recuerdan que los largos mostradores de los boliches se mezclaban con los forrajes, las bordalesas de vino, los arneses para los caballos y los alimentos.

En la actualidad, un edificio de fines del siglo XIX presta sus viejas paredes exteriores al Paseo de las Artes, que está compuesto por el Museo Iberoamericano de las Artesanías, el Archivo Histórico Municipal y la Feria de los Artesanos.

La calle que bordea La Cañada se hace peatonal para el armado de la feria, donde los artesanos ofrecen su infinita variedad de piezas distintas y absolutamente artesanales. Material, color y modo de trabajarlos son los principios básicos de una pieza que no se encuentra en otro lado.

El Paseo de las Artes ya cumplió 30 años de vida y su núcleo es la esquina de Achával Rodríguez. En el pasaje central Arrevol está instalada una feria de antigüedades, donde encontrar una lámpara o un juego de cubiertos “como tenía la abuela” es lo habitual.

Fuente: Welcome Argentina.